Esta vez no se si son dos, o uno solo, o muchos. Pero han regresado. (y me asusta)
La primera vez, desde la última, fue el primer día. Minutos antes de llegar al refugio. Me sujetaron contra el asiento y se llevaron todas las palabras que trataba de gritar. Me dejaron abrir los ojos, eso si, para reconocer el paisaje a medida que pasaba por la ventanilla.
La siguiente vez, vinieron en fomra extraña. No era el hombre, ni la mujer. Era una especie de nube gris flotando a mi derecha, que me observaba. Me retuvo sin respirar, y crecía y vibraba a medida que trataba de incorporarme. Conseguí vencerla tocando con los dedos de una mano los dedos de la otra.
La útlima vez que vinieron, hasta ahora, fue la peor. Me encontraba en un lugar extraño, pero rodeado de gente conocida. Ellos se metieron en mi cabeza, apretando, aturdiéndome y dejándome confuso. Entre la gente, encontre a un viejo amigo.
Me miró y se acercó, y me tendió la mano. Tras una pausa, nos reimos ambos de lo absurdo que había resultado. Me dijo que estaba bien y, según entendí, que esa mñaana había bebido patata exprimida. (Quizás fue lo que ellos me hicieron oir).
A continuación él me fue a colocar una mano en el hombro, en señal de amistad, pero yo le rechacé. Lo hice porque estaban ahí metidos, presionando, pero supongo que él debió entender qie para mi todavía seguía presente el pasado. Por ello, apenado, retrocedió.
Yo traté de gritar, pero de nuevo se llevaron mis palabras. Traté de decirle que volviera, pues necesitaba que aquello saliera bien.
Pero ya era tarde, y de nuevo me mantenían apretado contra mi colchón, sin dejarme hablar ni moverme.
Reuní todas las fuerzas que me quedaban para alargar la mano y coger el móvil que había en la mesilla. Sabía que iba a quedarme así parasiempre, así que intenté escribir una nota de auxilio. Pero la luz del móvil iluminó un pequeño bulto extraño a mi lado, y cuando lo toqué, reconocí algo que me paralizó de terror y me hizo gritar hasta el despertar.
La siguiente vez, vinieron en fomra extraña. No era el hombre, ni la mujer. Era una especie de nube gris flotando a mi derecha, que me observaba. Me retuvo sin respirar, y crecía y vibraba a medida que trataba de incorporarme. Conseguí vencerla tocando con los dedos de una mano los dedos de la otra.
La útlima vez que vinieron, hasta ahora, fue la peor. Me encontraba en un lugar extraño, pero rodeado de gente conocida. Ellos se metieron en mi cabeza, apretando, aturdiéndome y dejándome confuso. Entre la gente, encontre a un viejo amigo.
Me miró y se acercó, y me tendió la mano. Tras una pausa, nos reimos ambos de lo absurdo que había resultado. Me dijo que estaba bien y, según entendí, que esa mñaana había bebido patata exprimida. (Quizás fue lo que ellos me hicieron oir).
A continuación él me fue a colocar una mano en el hombro, en señal de amistad, pero yo le rechacé. Lo hice porque estaban ahí metidos, presionando, pero supongo que él debió entender qie para mi todavía seguía presente el pasado. Por ello, apenado, retrocedió.
Yo traté de gritar, pero de nuevo se llevaron mis palabras. Traté de decirle que volviera, pues necesitaba que aquello saliera bien.
Pero ya era tarde, y de nuevo me mantenían apretado contra mi colchón, sin dejarme hablar ni moverme.
Reuní todas las fuerzas que me quedaban para alargar la mano y coger el móvil que había en la mesilla. Sabía que iba a quedarme así parasiempre, así que intenté escribir una nota de auxilio. Pero la luz del móvil iluminó un pequeño bulto extraño a mi lado, y cuando lo toqué, reconocí algo que me paralizó de terror y me hizo gritar hasta el despertar.
2 comentarios:
Es una verdadera historia de miedo, aunque seguro que tiene otros mil significados escondidos por ahi, pero como el escritor sabe camuflarlos con sus mil y una metafora y otros recursos literarios, además de tener un estilo propio a la hora de escribir, para mi quedan escondidos,XD. Tenia curiosidad de saber que habia escrito el heavy este que se hace llamar miguel, jejeje, y me he pasado a hacerle una critica.
Si fuera posible tener el control sobre nuestros sueños y miedos, entonces podrías recordar que paso miedo contigo. Quizá así, puedas calmar los golpes en tu pecho.
Yo intentaré, por si acaso, que mi subconsciente no lo olvide.
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