El joven acarició suavemente su cerveza y miró a su alrededor. Aquél lugar era bastante acogedor. Trofeos y títulos se mezclaban con objetos de estilo retro a lo largo de las paredes. Unos músicos interpretaban una versión libre de "tainted love" al fondo del local y varias mesas a la derecha un grupo de extranjeros, sentados junto a un par de brujas, criticaban varias de las distintas culturas que allí se congregaban.
El ambiente parecía tranquilo hasta que un hombre de mediana edad se alzó de repente y comenzó a gritarle a unos jóvenes que canturreaban y festejaban cerca de él. Los jóvenes replicaron hasta que el hombre, on un severo "THREE TIMES!" y un fuerte movimiento de brazo, los hizo callar. Uno de ellos, sobresaltado, tropezó y empujó a una camarera que llevaba unas cervezas en una cubeta. El joven se fijó que la cubeta era la misma en la que se sentaban las personas en algunas mesas... se preguntó de cuántas formas distinas usarían esas extrañas bandejas...
El joven se alzó y bordeó la mesa donde se sus compañeros se ponían las botas. Barbie días de Bélgica le sonrió mientras escuchaba las historias que contaban. El joven se acercó a la puerta y salió al exterior. Una torre imponente se alzaba frente a él, y, a su lado, un edificio antiguo le hacía sombra. Según le había contado una chica que tocaba el requinto, era la antigua bolsa de la ciudad, y las vallas que la rodeaban tenían un extraño uso para evitar que la gente se suicidase... o algo así.