jueves, 20 de marzo de 2008
Dos(2)
- Eh, eh, para, para. ¿Se puede saber que haces?- Dijo Alan, que no había dejado de mirarle ni un momento.
- Pintar. Para eso estamos aquí ¿no? El jarrón viene por ese conducto, junto con las instrucciones, y nosotros tenemos que pintarlo. ¿Ves estos pinceles? Están aquí para que pintemos los jarrones. ¿Para qué iban a dejarlos aquí, sino? Deberías levantarte y pintar tú también.
- Y a mí qué me importan los pinceles.-murmuró Alan mientras se levantaba.- ¿cómo se sale de aquí?
- De aquí no se sale. Aquí sólo se pinta. Se come, se duerme, y se pintan jarrones ¿no? Ven, coge esos pinceles y empieza a hacer bocetos, venga.
Alan se levantó y se apoyó en la mesa con las dos manos. Allí había mucho material de pintura. Y muy bueno. Lo sabía porque él había pintado años atrás, y nunca había visto tanta pintura y tantos pinceles juntos. Miró a su alrededor. Las paredes no tenían techo, eran como las paredes de un laberinto, y por encima de ellas se podía ver una gran bóveda. La única forma de salir de allí era el pasillo por el que le habían traído. No se sintió con muchas fuerzas para recorrer esa distancia. Así que cogió un pincel y una cartulina y empezó a dibujar garabatos sin mucho entusiasmo.
- Ángel ¿cómo llegaste hasta aquí? Porque, ¿tú no estarás con ellos, cierto?
- No lo recuerdo,- Contestó, mientras lavaba el pincel en un tarro con agua - y no, no estoy con ellos. Simplemente pinto. Creo que es lo mejor que puedo hacer aquí ¿no?
- Antes has dicho que yo soy tu nuevo compañero. ¿Qué le pasó al anterior?
- Se lo llevaron.
martes, 18 de marzo de 2008
De pájaro
miércoles, 12 de marzo de 2008
Memoria de la memoria
Hola. Hola. A ver, tu que prefieres. Dejame a mi el experimental si eso ¿ok?. Vale, hago yo los calculos. Bien. ¿Las erre y eses las tenemos? Si , creo que si. De acuerdo. Oye el dibujo del paint lo podríamos coger de otra y pegarlo ¿no?. Si bien, si eso lo retocamos un poco. ¿Tienes las de tu tutora? No, pero tengo estas. Ah muy bien. Esto no me acuerdo, ¿lo hicimos para 100 o para 50? 50, creo, aunque no estoy muy seguro, espera que pregunte. No me salen las gráficas. Cambia la escala. Tampoco. Mira los datos. Estan bien, joder, esque no me sale la gráfica. A ver. Ya está, creo que es así. Vale muy bien. Interlineado de 1,5 acuerdate. Si. 12. Si tambien. Times New Roman. Ajustado. ¿Cómo se ponía lo de arriba? Aha. Bien. Y la rayita con subrayado. Vale. Te lo mando y miras esto que esta aqui en fosforito ¿vale?. Bien. Me voy, mándame lo que lleves y luego sigo. Mándamelos antes de por mañana por la tarde que tengo dos horas libres. Bien. Ellos han puesto que era por otra cosa. Bueno de acuerdo. Vale ¿lo tienes? pásamelo. Ayer no pude acabar mi parte ahora termino espera. ¿Hasta cuando la podíamos entregar? ¿Cómo pongo la tabla en el centro para que no se mueva? Mira me da esto, no se si está bien. Tercera persona, escribe en tercera persona. Es igual ponlo. Eh, deja el messenger, vamos a trabajar. Si ya lo he leído. ¿Tienes folios? Mira lo que me sale aqui, ¿Que hago? Mira esto lo he puesto asi para que luego tu lo mires y si eso lo cambias. Fig__.- El título va en negrita. No me gusta el editor de ecuaciones, cuando acabe la carrera me voy a dedicar a diseñar uno mucho más sencillo. Los del martes me han dicho que esto da igual. Métemelo en el pen y luego lo miro. Mándalo a imprimir. Se nos ha olvidado meter esta parte. La portada, que no se te olvide la portada. Oye hago yo la bibliografía si quieres. Estoy pensando que nesto no se si ponerlo porque no lo entiendo y creo que no es así. Mira he traido esto hecho, pero esta parte no sabía muy bien. Redacta un poco más eso y yo creo que ya ¿no? El número de página. ¿Encuadernamos? Yo no llevo dinero. Creo que ya está. Mierda esto no era asi. Bueno ya da igual entregalo y au. Quizás no se de cuenta. Total no vale tanto. Mamdre mia que justito, la próxima vez empezamos antes... ...¿te has traído la bata? muy bien tu copia que yo me entero. ¿qué hay que hacer ahora?
lunes, 10 de marzo de 2008
Dos (1)
La puerta tardó en abrirse, y cuando lo hizo, no entró comida. El hombre que entró en cambio vestía de blanco también y llevaba un arma.
-Levántate, tu periodo aquí ha finalizado. Ponte esto y sígueme.
El hombre le arrojó unas prendas de vestir, y se quedó allí de pie esperando. Él se levantó y se vistió, y lentamente se tambaleó hacia la salida. La luz le cegaba y sus piernas, resentidas, le fallaron mientras salía. De repente perdió el sentido y cayó al suelo.
Le despertó el ruido de los pasos a ambos lados de su cabeza. En un momento recordó todo lo que había pasado y se vio siendo arrastrado por los brazos de dos hombres. Intentó liberarse, pero antes de poder hacer nada estaba de nuevo en el suelo. Oyó a un hombre decir algo, y cuando por fin se puso de pie, se dio cuenta de que estaba a solas en una habitación con un joven que llevaba una camiseta azul.
-¿Quién coño eres tú?- Preguntó.
- Me llamo Ángel y tú debes ser mi nuevo compañero.¿no? ¿Te echo una mano? ¿Cómo te llamas?
- No, calla. Me llamo Alan. ¿Qué mierda es este lugar?
- No lo sé.- Dijo Ángel mientras se apoyaba en la pared junto al hueco.- Pero pasaremos aquí todo el día. Escucha, ya viene.
jueves, 6 de marzo de 2008
Demons from the past
Traducido con bastante libertad
lunes, 3 de marzo de 2008
Uno(2)
Recorrió el pasillo infinito preguntándose si esta vez, por ser su cumpleaños, alguien se acordaría de él. No es que esperara una felicitación o una palmadita en la espalda, una simple mirada o un leve movimiento de cabeza serían suficientes.
Abrió la última puerta y se paró un segundo a mirar a su alrededor. El lugar no era un lugar gigantesco, pero era bastante grande. Era una sala ovalada, iluminada con una luz blanca y azul que parecía proceder de entre las paredes. Por las paredes laterales se escurrían unas escaleras blancas tan finas que parecían enormes hojas de papel grapadas. Frente a él bajaban unos peldaños blancos, para dar paso a una decena de pasillos sin techo, como cuadras, que conducían a unas salas cuadradas del mismo blanco azulado que las paredes. Reconoció en seguida el mismo olor a limpio que le recibía cada día.
Miró a los lados y vio a los dos hombres serios que le flanqueaban. Vestían un traje blanco liso y llevaban puestas unas curiosas gafas de sol blancas. Tras ellos, a su derecha y a su izquierda, aparecieron otras personas como él. Todas ellas iban emparejadas. Se quedaron allí de pie, formando una hilera, esperando. La música se fue dejando de oír poco a poco, hasta que se paró, y todos ellos bajaron simultáneamente los escalones. Cada pareja se metió por un pasillo, y él caminó por el suyo a solas. No había habido felicitaciones ni miradas de complicidad, pensó, aunque tampoco había llegado a creerse lo contrario.
Entró en la sala cuadrada y avanzó hacia el otro extremo. Deslizó la mano por encima de la mesa mientras inspeccionaba lo que había encima. Botes de pintura, pinceles, vasos, un grifo en el centro… Todo aquello empezaba a resultarle familiar. Se acercó a la pared del fondo y esperó junto al hueco oscuro que había a la altura de su cintura. Empezaba a preocuparse por la impuntualidad de la entrega cuando oyó unos pasos que se acercaban por el pasillo. De repente el corazón le empezó a latir muy deprisa y el sudor le resbaló por la frente.
Por el pasillo aparecieron dos hombres vestidos de blanco que arrastraban el cuerpo de un joven por los brazos. El joven, que vestía una camiseta verde y unos pantalones vaqueros, levantó la cabeza de repente y miró en todas direcciones. Acto seguido lo arrojaron al suelo y le dijeron:
-Éste es tu nuevo compañero.