Volvía tarde al nido, cuando oí la música a lo lejos. Al principio me asusté, pues no iba convenientemente ataviado para la situación que podría esperarme, ni para el lugar. Pero pronto reconocí al grupo de personas que festejaban a altas horas de la noche en la calle. Entre ellos, me alegró encontrar al Demonio Piticli en persona, con su habitual sonrisa y su habitual guitarra bajo el brazo. Esa noche cantaba para el resto de demonios, que llevaban libres tres días y tres noches.
La noche que los demonios se liberaron, ardió media valencia. Más cosas ardieron los días siguientes, y no todas ellas fueron bien recibidas. Pero aquella noche no hubo ni pena ni tristeza. La alegría del momento superó con creces los disgustos de los días anteriores, del montaje y de la logísitca. Encontramos a unos compañeros increíbles, tanto encima como debajo de los cuatro tablones que habíamos cargado, y a un grupo de personas que colaboraron para que la diversión fuera máxima.
Fue extraño encontrármelos, pero no dudé en participar, al menos por un rato, en su fiesta improvisada. Bajo la tutela del Piticli acompañe a la música mientras el resto bailaba y cantaba alrededor, llamando la atención de todo el que pasaba por allí, y consiguiendo que algunos se unieran también.
Lo cierto es que no podría haber forma mejor de acabar las noches de fuego.
3 comentarios:
oohh!! q gran noche!
Morenaaaa la d los rojos claveles!
na na na nana nana naaaaaaa !!
la reina de lasssss mujeressss!!!!
no nos sabiamos más pero, qué más daba??? lo repetíamos una y otra vez!!
m encantó!!
otra cosa que tachar de mi lista, o bueno, creo q solo lo subrayaré ;)
q pases felices vacaciones.
un beso.
en fin....que arda siempre valencia! xDD
Aaay Piticli bonico!!
Que salgan los demonioooos!!
Que gran noche de música i placer, de cerveza i de ginebra, de gritos i saltos!!
Un saludo i gracias al Rector Pesset i a su gente!
Jordi
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