Los demonios del pasado están aquí otra vez. Me acompañan cuando nadie más lo hace, y le dan a mi soledad un ligero cambio de color. Me culpan por mis errores. Les odio, pero tienen razón. ¿Cómo pude ser tan estúpido? Tropecé con la misma piedra por séptima vez, aunque el suelo seguía estando igual de duro como lo estuvo entonces.
Los demonios vienen y se ríen de mí, pero, de alguna manera, me ayudan a recordar. Aunque es duro recordar. Siempre es más sencillo olvidar el pasado.
Traducido con bastante libertad
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