
Es complicado no caer en lo fácil.
Para aquellos que se sientan, es más fácil permanecer así, que echar a andar. Sentarse y criticar. Juzgar, opinar, permitirse el lujo de creerse capaces incluso de corregir.
Todo ello es más fácil que emprender. Más fácil que ponerse manos a la obra. Sentarse a observar y tirar por tierra las aspiraciones de aquellos que han decidido optar por lo complicado. Con todas las dudas e inseguridades que ello conlleva, claramente.
Los que escriben, dibujan o diseñan, lo llaman páncio al folio en blanco. Miedo a no saber por donde empezar, vacilaciones que se traducen en dejadez. Terror al fracaso, al fin y al cabo.
Resulta más fácil acabar algo ya empezado, mejorarlo, optimizarlo. Escudar los errores y las limitaciones en la convenida creencia de que, partiendo de esa base, se hizo lo que se pudo. Es más fácil alterar los colores de una imagen que crear una nueva, corregir un párrafo o mover unas piezas de sitio, antes que emprender un proyecto de cero.
Resulta más fácil dejarse llevar, más fácil seguir, que guiar.
Resulta difícil pensar.Mis disculpas a quien esperaran algo diferente. Está ahí, en el tintero, pero la falta de tecnología, ganas y tiempo me ha imposibilitado sacarlo...
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