
Entró y nos vio a todos sentados en el suelo. Cada uno un poco a su aire, pero juntos al fin y al cabo.
-¿Qué haceis, una manifestación?
-............ sí.- Mentí, más por aburrimiento que por maldad.
- Em...... mmhh.... luchamos por nuestros derechos y tal.
-Ah, bueno... no, no, no os levantéis, no hace falta, seguid, seguid.
Pasó a nuestro lado vistiendo una curiosa sonrisa y sin dejar de mirarnos. Parecía simpática, la clase de persona con la que puedes conversar acerca de todo y nada. Por un momento, pensé en sugerirle un atractivo: "No nos mires, únete!". Comenzó su labor, y, cada pocos minutos, aparecía y nos miraba rápidamente. Sonreía para sí y volvía a trabajar.
Al poco rato, acabé mi entrevista y salí del despacho. Ella venía en dirección contraria y el pasillo no era muy ancho. Al cruzarnos, la miré a los ojos.
- Hasta luego.- Dije.
Ella pasó de largo, sin mirarme siquiera. Empujó el carrito de limpieza, cogió la mopa, y continuó su labor limpiando en otro pasillo.
Supongo que, en ocasiones, hay un momento oportuno y fugaz. Una vez se marcha, ya es inútil recuperarlo.
2 comentarios:
Miguel,menudos momentos de tu vida descubrimos el jueves cuando nos enseñastes algunas fotos de tus conciertos e incluso un pequeño video de un reciente concierto tuyo. Ahora te veo distinto, pero nose en que... jejeje, quizas sea raro porque este año estoy conociendo mas cosas de mis compañeros y sea extraño para mi, pero me alegro de conoceros a todos.
Hasta el lunes y no salgas mucho que ya conozco algo de como acaban tus juergas... borrachín.
Que bueno el extracto, de donde lo has sacado? Veo por el comentario de sandra que no conocen al auténtico miguel...poco a poco, jeje. Has visto k bestia lo de la ultima cena? triunfa, jeje. Bueno compi, te agrego a mi blog,va un abrazo, dew!
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