viernes, 23 de noviembre de 2007

Conversaciones de paso(II)

El Pepus Ibericum, que tranquilamente iba sentado en el tranvía, se vio rodeado repentinamente por una trío de señoras que le acorralaron. Al pasar por delante del cementerio, una de ellas tomó la palabra.

-Pues yo voy todos los días a ponerle flores a mi marido. Es algo que hago siempre, aunque no lo voy contando por ahi, claro.

-Pues yo no, -Dijo la segunda, al tiempo que se giraba para mirar fíjamente al Machus- total, ¿qué flores le voy a poner, con lo mal que me trataba?

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