domingo, 6 de enero de 2008

Nada sin ti…

Año nuevo, vida buena.

Como novedad, y sirviendo de precedente (eso espero), hoy publico una composición que ha llegado a mis datos de parte de Don Miguel Guijarro Zaera.
Gran entusiasta de los ciclos, amigo del estilo señorial y compañero de la buena imagen, también es el creador de frases y expresiones célebres como "Totalmente jodido", "Vaya morlaco", "Esto está cantimplora"...

Personalmente, me encantan los últimos párrafos.
Un saludo desde aquí, y un feliz año a todos.
Nada sin ti…
Miguel Guijarro Zaera.

Es media tarde y no apetece hacer nada. Estoy desganado hoy, no tengo ganas de nada. Todo a mí alrededor gira. Parece que estoy subido en un tiovivo, pero no me encuentro a gusto. Todo sigue dando vueltas y más vueltas, comienzo a marearme. Mi mirada está perdida. Tengo calor y a la vez me dan escalofríos. Oigo mucho ruido, sonidos desagradables y de repente dejo de oír nada, un silencio misterioso inunda mi cabeza; para que después nuevamente reine el caos con más estruendos.


Necesito ayuda y ahí estás tú. Me extiendes tu mano que llega a mí. Llega de una manera especial. La veo atravesando un portal, pasa a través de un “agujero de gusano” e implacable agarra mi mano con firmeza. No me la sueltes, grito. Tus ojos, ardientes como el fuego me miran y una sonrisa gobierna tu rostro.


Mis ojos apenas ven, pero es imposible no ver la luz tan intensa que irradian tus ojos. Se me cierran de golpe, incluso así, no es difícil reconocer tal destello.


Siento que pierdo el sentido de la orientación. No sé donde me encuentro. Solo sé que tú no me has abandonado. Apenas puedo hablar, tengo quebrada la voz. Si pudiera te daba las gracias por ayudarme en estos momentos tan fatídicos.


Intento abrir mi boca para expresar mi gratitud, pero tú me lo impides, dulcemente me pones el dedo índice en mis labios exigiendo mi silencio y con un suave “xss” que hace que detenga mis palabras.
Ahora te acercas a mí y me das un abrazo, no es un abrazo fuerte, pero tú sabias que no tenía que ser así, un abrazo fuerte me hubiera hecho marearme más aun. Pero tu eso ya lo sabías, el abrazo ha sido perfecto, me has dado un abrazo cariñoso y eso mismo es lo único que yo deseaba; cariño.


Deseo que este día acabe, pero a la vez no quiero que termine nunca. No quiero que termine porque estás conmigo. Pienso, y pienso en que podría terminar y empezar un nuevo día y en este, también estar contigo.
Sin embargo, no sé porque no quiero que me dejes, por muy mal que me encuentre, contigo estoy genial, todo lo malo se convierte en bueno.Hoy he ido demasiado deprisa y no me he dado cuenta, no me he dado cuenta de que he dejado mi cuerpo atrás, muy atrás. Por allí viene, pienso mientras giro mi cabeza. Me detengo y le espero. Nada más puedo hacer.


Pero cuando él llega, dolorido y lastimado, le encuentro tan contento de haberme alcanzado que por un instante creo que yo también venia corriendo con él. Por eso, a veces, cuando me encuentras y casi no sé hablar es porque aun no he llegado o estoy esperando.
Me doy cuenta, de que eso me pasa la mayor parte del tiempo, así que casi siempre me encontraras sin palabras, como un niño pequeño que no atina a explicarse.


Pero, ¿y si algún día mi cuerpo no aparece? ¿Y si algún día no puedo esperarlo más? ¿y si algún día mi cuerpo, triste y abatido, decide al fin dejar de seguirme y se abandona en pos de otras ideas?¿y si yo en un día aciago me impaciento y quiero ir más deprisa, llegar más lejos, volar más alto y no lo espero?

Ambos no perderemos para siempre.
Una pareja como esta, un matrimonio tan perfecto.
Nada sin él.
Nada sin mí.

No hay comentarios: