viernes, 7 de diciembre de 2007

Un troncho de pavo

Haberlo hecho el 28 habría sido lo suyo. Pero dame pan y llámame tonto.


Pasaban los días y no había forma de coincidir.Fue mientras conocía infinitas caras que jugaban a cambiarse los nombres cada día, y las idas y venidas de la fiebre se subían a los autobuses nuevos y los tranvías.

Cuando me acostaba, cansado, tras volver de estudiar, él descansaba y estudiaba la quinta cerveza en algún bar. Yo me levantaba, confundido, para asistir a la universidad. Él siesteaba, fundido, en un universo de resacas.

Hasta que un día, la silueta que adornaba la litera de arriba, aquella que venía de serie con la habitación, junto al flexo roto y el cubilete robado, bajó de sus alturas.

La vi oscura, casi negra, calva (realmente creía que era calva), mientras bajaba de su puesto de trabajo. Y entonces, una cabeza por encima de mi, me dijo:

-Em...hola, em... me llamo Héctor.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mira un conejo!
Yo esta tarde he visto uno.
Donde?
Por ahi.
Entre dos piernas.

Anónimo dijo...

mmm.... conejos.... "she's like a rainbooooow!!!"

qué grande esta canción... qué grandes los pasos dados por Austria... los viejinos vestidos de tirol... felices días aquellos.

wake up! --- y esa canción de chop suey =D



Ich vermisse ein verrückt mit lange Haare...





Paz y amor, y mucho sexo y metal!


La Dama del Lago