-Estás muerto.
Se lo susurré minetras le acariciaba levemente el costado con el dedo índice.
Él se sorprendió, se giró bruscamente y me miró a los ojos.
-¿Tú?
-Si. Lo siento.
-Pero.. si me dijeron que tú...
Sus palabras se cortaron cuando la puerta del ascensor se abrió. Una mujer mayor y un hombre más mayor incluso entraron. Los dos les hicimos hueco delante.
-¿Subís?- preguntaron.
-Si.
Durante 11 plantas, sólo se escuchó la conversación insustancial del matrimonio, hasta que de nuevo se abrió la puerta del ascensor y ellos se bajaron.
-¿Y bien?.- pregunté
Él me miro, extrañado.
- ¿Bien qué?
-¿Quién es el siguiente?
Él sonrió.
-Es ella.
-¿Ella?- repetí - Vaya... qué interesante... eso quiere decir que el círculo se cierra...
-Pues si, quién lo habría imaginado...
-En fin, ¿has traido tu las cartas?
-Si, y los garbanzos. Ya llegamos, espero que no lleven mucho tiempo esperándonos.
El ascensor se abrió, en la última planta, y ambos salimos sonriendo. La partida iba a empezar.
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