sábado, 6 de diciembre de 2008

Más fluido, pero sin apenas materia.

-Estás muerto.

Se lo susurré minetras le acariciaba levemente el costado con el dedo índice.
Él se sorprendió, se giró bruscamente y me miró a los ojos.

-¿Tú?

-Si. Lo siento.

-Pero.. si me dijeron que tú...

Sus palabras se cortaron cuando la puerta del ascensor se abrió. Una mujer mayor y un hombre más mayor incluso entraron. Los dos les hicimos hueco delante.

-¿Subís?- preguntaron.

-Si.

Durante 11 plantas, sólo se escuchó la conversación insustancial del matrimonio, hasta que de nuevo se abrió la puerta del ascensor y ellos se bajaron.

-¿Y bien?.- pregunté

Él me miro, extrañado.

- ¿Bien qué?

-¿Quién es el siguiente?

Él sonrió.

-Es ella.

-¿Ella?- repetí - Vaya... qué interesante... eso quiere decir que el círculo se cierra...

-Pues si, quién lo habría imaginado...

-En fin, ¿has traido tu las cartas?

-Si, y los garbanzos. Ya llegamos, espero que no lleven mucho tiempo esperándonos.

El ascensor se abrió, en la última planta, y ambos salimos sonriendo. La partida iba a empezar.

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